Sepulcros Reales y Condales

Los panteones, reales y condales, que flanquean la Capilla Mayor están realizados con un acusado estilo gótico-mudéjar en madera de nogal y boj, empleado sobre todo para la taracea de algunos de los ataúdes. Quizás ha sido poco puesta en valor la valía en la ejecución totalmente artesanal, por parte de los monjes del monasterio, de los sepulcros que custodian los restos mortales de tan antiquísimos aristócratas castellanos. Todo el conjunto queda decorado con las pinturas sobre sarga –que no sobre tela, algo inusual- de influencia flamenca, realizadas por Fray Alonso de Zamora

Se diferencia entre panteones condales y reales, ya que, hasta el año 1065, no existía Castilla como reino, sino como un condado más o menos independiente del Reino de León. Con Sancho II el fuerte se inicia la andadura de Castilla como reino que, con el tiempo, será el que obtenga la primacía sobre los demás reinos cristianos.

Algunos personajes históricos sepultados en el panteón del Monasterio de San Salvador son:

Sancho García, conde de Castilla (m. 1017). Nieto de Fernán González, primer conde castellano independiente del reino de León. Sancho García, fundador del Monasterio de Oña como cenobio dúplice para su hija Tigridia. Fue apodado como “el de los buenos fueros” por las numerosas concesiones que otorgó a numerosas poblaciones castellanas.

Sancho III el Mayor, rey de Pamplona (990-1035). Monarca de Pamplona, Sancho Garcés, por su matrimonio y sus conquistas por las armas fue el rey más fuerte de su época, concentrando casi todo el dominio del norte peninsular en su persona y destacándose sobre los demás reyes cristianos. Conde consorte de Castilla por su matrimonio con Muniadona, entregó el monasterio de san Salvador definitivamente a los monjes cluniacenses.

Muniadona de Castilla, reina consorte de Pamplona (990-1066), esposa de Sancho III el Mayor e hija del conde castellano García Sánchez.

Sancho II el Fuerte, rey de Castilla (1038-1072). La historiografía más reciente lo considera el primer rey castellano, ya que él hereda el condado de Castilla como reino. No contento con el reparto de la herencia de su padre, pereció a manos de Bellido Dolfos durante el sitio de la amurallada ciudad de Zamora, propiedad de su hermana Urraca. Su alférez, el Cid Campeador, llevó sus restos hasta el Monasterio de Oña, como era su voluntad, para que allí reposaran cristianamente junto a los de su abuelo, Sancho III el Mayor y su abuela Muniadona de Castilla.

Urraca Gómez, condesa consorte de Castilla, esposa de Sancho García y madre de Muniadona de Castilla, esposa de Sancho III el Mayor.

Enrique de Castilla (1288-1299), infante, hijo de Sancho IV y de María de Molina.