Capilla de la Santa Catalina y órgano

La capilla de Santa Catalina, del Monasterio de Oña, conserva una parte de lo que fue el primitivo retablo, de delicadas tracerías góticas, realizado durante el siglo XV, al cual se adosaron posteriormente diversas pinturas con claros motivos pasionistas, que realizó también a finales del siglo XV fray Alonso de Zamora para el primitivo retablo mayor, el cual fue eliminado de su ubicación hacia 1765 para así realizar en dicho espacio el actual retablo barroco y el camarín de San Íñigo.

Desde tiempo inmemorial la música ha estado vinculada a la oración, pues, parafraseando a San Agustín se afirma que quien canta, dos veces reza. En la capilla se encuentra un curioso órgano del siglo XVIII, obra del maestro riojano Francisco Antonio de San Juan, en el cual empleó 1.134 tubos dispuestos algunos de ellos, concretamente en la fachada, de forma horizontal. Esto no sólo obedecía a criterios estéticos sino más bien prácticos: su limpieza y conservación se acometía de forma más sencilla.